“15 Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote; 16 mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. 17 Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy. 25 Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? El negó, y dijo: No lo soy. 26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él? 27 Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo.” Juan 18:15-17, 25-27

 

REFLECCION                                                                                                                                                                   ¿Que te parece saber que cada una de tus faltas nunca le han caído por sorpresa a Jesucristo? ¿Te es posible comprender que por su Amor y su intercesión continua por ti, ahora puedes vivir perdonado? Ahora, ¿Que pensarías si te dijera, que a causa de su infinita Potestad tu tienes el privilegio de deshacerte de toda vergüenza, y empezar de nuevo? Es mucha libertad para nuestro sistema de CULPA, ¿verdad? Pues déjame confirmar que sí, Jesucristo es ese abogado Divino que te ha hecho libre. Su mayor objetivo es de liberarnos de toda especie de culpabilidad y llevarnos hacia pastos productivos. No te preocupes como lo hará, ni a quien usará para hacerlo, solamente CONFIA que El es experto en el asunto. La parte imposible ya está hecha; haber pagado el precio mas grande por nuestro rescate de la esclavitud y culpabilidad. Ahora, te toca a tí hacer lo posible; aprender a vivir confiado, a vivir perdonado, y a perdonarte a ti mismo y a los demás.

ORACION                                                                                                                                                                Señor, parece sencillo seguir el consejo, pero tantas veces, el castigarme a mi mismo con pensamientos de culpa es lo que opto por hacer. En este día opto por tu PERDÓN. Enséñame momento a momento a verme a mi mismo y a mi prójimo por el filtro del perdón. Entiendo que no debo de seguir tratando de pagar un precio que tu ya pagástes por mi. Gracias Padre, en tu Nombre, estoy listo para vivir en libertad.